Desde la plataforma Todos contra el canon se ha criticado largamente esta medida, considerada injusta ya que según su punto de vista implica que los ciudadanos pagan cada vez que compran un producto electrónico que ya incorpora el canon, los fabricantes y/o distribuidores pagan lo recaudado por este concepto a entidades privadas de gestión, y éstas a su vez, de una forma arbitraria y opaca, se quedan con una parte de lo recaudado y el resto se distribuye entre un número limitado de autores y propietarios de estos derechos.
Por otro lado la SGAE pide no confudir términos, según Javier Vidal: «La piratería es un delito y la compensación por copia privada me permite, como usuario, grabar legalmente en mi ámbito doméstico una obra protegida». Los usuarios de las tecnologías bajo gravamen - la mayoría de la población de una u otra forma - ven en esta medida un paso atrás, injusto y fomenta la brecha entre consumidores e industria.
Documentos que reflejan las posiciones de ambas partes:
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